Pensamientos inconcientes de mis hierbas secas y un estigma carente de apologias

Tus palabras perpendiculares se arrastran prohibidas a mis trastes de Marzo. Te robo esa luciérnaga sociópata que adoptaste una noche vertical cuando un sabueso estúpido olisqueaba la luna sentado desde su sombra, aguardando el matiz excitante de sus ladridos.

Tengo fe de que el viernes se quedó dormido en mi bolsillo cansado y con la sangre hecha alcohol de colores. Y mis reversos se despliegan de mis escaleras para relatar a las groupis, quimeras perdidas a ver si una se deja acariciar. Me despierto y una chica tonta adorna mi habitación. Te extraño.

Esos recuerdos agrietados del dia que tu mueca giró al vacio buscando la noche

Tiene en sus bucólicos ojos mis arañadas noches, mis universos desenchufados de plastilina carmesí y una intergaláctica rosa que al llorar derramó un tercio de un arpegio robado. En sus labios punzocortantes el tiempo aprende a ladrar las trincheras llenas de cigarras alcólicas, acaso desesperadas por una sombra que no danza en sus sílabas diafragmadas. El vértice de tus manos apagadas me enseña el desequilibrio nocturno de mis velas acústicas. Ese día que te vi, apurada graficando una partida, dibujando un beso en mi mejilla, trazando un adiós con tus manos esperando volverte a ver, si mi ser es de nitrato quiero explotar en tus ojos encendidos.

Si es que no hay madrugadas que se colen por mi ventana, autorizadas para drenar todos esos sueños rotos sobre mi almohada… sé que un día cuando tengas una hija ella los usará para jugar, esas fantasías quebradas alucinando que esun rompecabezas sin lección moral ni moraleja constructiva.

La princesa de las nueve campanadas a punto de hacer de su lírica una noche famélica

Pensé que tus labios todavía besaban sapos. Que tus ojos de princesa eran vejados por el tiempo y que no habría nadie que al final de tus palabras no te prohíbas ofrendarle una sonrisa.

Tus muecas, aunque pasajeras, tenían dueño, yo no sabía… y tenía la insolencia de querer ser yo tu mejor signo de interrogación, tu mejor soledad mientras recordabas esa canción que de pequeña te hacia sonreír. Quise ser alguien que en tus días cuelgue el sol en tu habitación y que por las noches secuestre la luna y adornar cada rincón de tu piel, besarte la frente y sentir que me miras en la oscuridad mientras me arrancó de este mundo de cristal. Verte dormir y creer que fui el por un minuto. Aquel sapo que solo entra a tu habitación mientras despiertas y lo besas y se convierte en príncipe, pero no porque él lo sea, sino porque ese es el efecto quimérico de tu boca.

Ana besa bien y yo no sé

Ana cierra los ojos cuando besa y en su cabeza maquina algo más. Son sus desvaríos freaks de esta joven los que me hace pensar y sonreír. Sus manos las imagino escudriñando cada centímetro de mis versos, socavando mis eróticos párrafos lúgubres. Haciendo té en mi cráneo y dar de comer en la boca un bonobón blanco a un delito arjoniano.

Nada más que Ana mira una revista y alza la vista a ver si alguien la esta mirando. Dice que está cansada pero que más da si el universo conspira con su felicidad, si traza tres cuartos de guiño en su mirada atípica.

Nunca supe que pensaba y no daba ninguna pista de querer detenerse. Su sonrisa de princesa lúbrica excitaba esos besos caniculares mientras gemía los versos tórridos de sus ojos lascivos, sus manos dijeron más que su boca.

Y era ella en la oscuridad, comiéndome crudo de a pocos, explorando nuevos horizontes en mi piel, Ana besa bien y yo… no sé, y a pesar de sus aprensiones gratuitas creo que eternamente estará conmigo.

La muerte es la mejor poesia que nunca pude escribir

Maldita poesía, por que te formaste mujer y ahora no puedo vivir sin mi coctel de gillets y cuchillos. Por que en tus noches la luna penetra en mi habitación y me cercena la garganta mientras busco donde se cayó mi cordura. La danza de las rosas con el viento y los espejos suicidas fueron afiladas maniobras para construir un camino que me lleve hacia ti… y no poder volver.

Mi sangre huye por esa estrecha abertura en mis muñecas. Dios con sus artríticas manos intenta abrir mi puerta y al no poderla la golpea con su bastón.

Mi sangre se cola por esa boca que le hice a mi yogular. Tu abres mi puerta. Me miras. Veo tu belleza cotidiana… y siento que volví a nacer. Haces que con tu mirada mis gillets, mis espejos rotos, mis cuchilloz y el ventanal en pedazos desaparezcan. Te extrañaré… pero la muerte es una invitación muy seductora.

Belleza cotidiana

Te miro y recuerdo que solo me queda mirarte. Si pudiera hablarte y que esos ojitos castaños me miren, me sentiría drogado tal vez más de lo que me pongo cuando de repente nos cruzamos las miradas y me retiro a un lugar donde las almas son anónimas.

Si vieras a través de mis ojos todos esos versos que se me cruzan en la mente dibujarlos en tu sonrisa. Si vieras como deseo besarte con fuerza tan lentamente, dibujar en tu espalda todo ese universo ficcionario de mis desvaríos liricos. Ver tus ojos cuando el sol arañe el sunset y se pose ante tu piel.

Eres esa pieza faltante de un sueño en un rompecabezas de belleza. Fuiste la que despertó en mi tanta locura, tanta sinecura de decir te amo en mis pensamientos. ¿Qué habrán sido de tus ojos este fin de semana? De esa belleza cotidiana que mostrabas al reír, al mirarme y decir ¿por qué babeas? No ves que hasta yo ya me di cuenta. Y simplemente ríes, te amo.

Diosa coronada

De mirada zigzagueante, piel diambulante y atado a tu pasión
Entre líneas me congelo, cual delicado flagelo y en mi puerta una razón
Un fin de semana de delirio, conversando con un cirio y una mañana helada
Y tu voz sonando a lo lejos, como una cascada de añejos y una rosa calada.

Desnudándote solo en mi mente, y como si estuvieras presente me besas y me abrazas
Mientras filmo mi locura, y caigo en la ternura de saltar entre tus brazas
Mi hechicera, mi maga, si beso su piel me embriaga con su belleza
Mi eterno suicidio, mi frágil suplicio que llega a mi alma y la besa

En mi calendario solo existen los días q t veo, allanando un día férreo q cobra mi sueño
Y te hago existir otra vez, y aunque aquí no estés, mi hoja es un dolor pequeño
Mis ojos buscan acariciar tu piel, pero sin ti todo esto es hiel y mi vida se longeva
Te kiero tanto amor q la ausencia d tus besos me dejan un sabor entre miel y canela

Tocando notas perdidas y canciones diluidas con mi guitarra de complicidad
Revisando tus mensajes, leyendo tus palabras eficaces que sondean mi realidad:
Estoy al lado de mi diosa coronada, sé que sin ella soy nada y la amo demasiado
Y ella solo me pide que la quiera… y yo no se que hago aquí sin ella.

Crítica a ese viejito artritico que le llamaban Dios

Mi espíritu se colectiviza en una pluma
Que rueda en el aire hacia el infinito
Sin saber que hay cielos que lo detendrán
O la angustia de sentirse viva y silenciosa

Me cierno en la oscuridad de mi habitación
Caigo con un paraguas al revés
Para acelerar la muerte
Para invitarle un café y unas tostadas

Hoy mis palabras flotan sobre sus cabecitas genias
Sobre una laceración del arte perdido
Una llaga en el tiempo
En el segundo que olvide vivir
Y en la distancia que la vi de lejos

Ya no puedo elegir mi dios, mi gurú
Que me parchará el camino hacia ti
O tal vez hacia mí
O hacia el universo atolondrado de seres humanos
Que intentan amasar sus pensamientos
Que prohíben prohibirse prohibiciones
Que le hablan a ese dios colectivo
Que si te responde, estás loco
Y si no le hablas, estas fuera

Y de todas formas
hay sueños que forjan sus alas
hacia el firmamento
con la intención de tocar al menos
la suela de tus zapatos

Cursi suicida #11

Esa chica de la cámara una vez vino y se fue. Me robó una foto y se marchó. Me pidió que la ayudase y terminamos ebrios los dos, jugando y sonriendo como si fuéramos amigos de toda la vida. Esa chica tierna de sonrisa sencilla, esa vez vino y partió dejando en mi regazo, un regalo.

Otro día volví a ver a la chica de la cámara que una vez vino y se fue. Conversamos de tres tonterías y sonreíamos de dos en dos, de impar en impar. Ella ya no era la chica de la cámara porque ahora las cámaras se enfocaban en ella. Ella sonreía, tomaba vino y seguía sonriendo. Se las ingeniaba para permitirse lucir bella con un vasito de plástico en la mano. Ese día, yo llegué y me fui. Y en el camino pensaba que ella nunca se iría de mí.

Tiempo después la chica de la cámara solicitó reunirse con un chico que presume ver el futuro para andar por ahí. En vez de eso, consiguieron rebeldía en sus cuerpos quedándose con el bolsillo habitado de mariposas. Ellos dos -imagínelos querido lector- presumiendo sobre el futuro a incautas personas que se les acercaba. Imagínelos otra vez por favor, ellos con lo recaudado entregándose al vino más barato de la tienda más caleta planeando más de una aventura. Esa chica extraña y presa fácil de la oxitocina se fue y ese día imaginé como sería vivir con ella.

Al año siguiente, la chica de la cámara me enseñó su cámara y se fue. Yo todo lo que tenía, que era nada, se lo di. Ella vino y nos fuimos, luego huimos porque la noche venia, para terminar despidiéndonos los tres.

Unos días después, la chica de la cámara vino sin su cámara y nos fuimos a mi casa. Luego me di cuenta que nadie me esperaría. Y la tarde murió en el almuerzo que ella maquinó.

Al tiempo, me enteré que ella murió. Luego yo morí. Y la chica de la cámara vio la foto que una vez me robó, me extrañó, y de pronto desperté dentro de un cajón al que nunca pude salir hasta hoy.

Si yo fuera una caca

Si yo fuera una caca
Las personas me mirarían con pena marcharme
Pero, ¿se preguntarian?...
¿cuál sería mi paradero final?
¿En que cloaca he de proclamar mi nuevo hogar?
¿Bajo que sub suelo me he de postrar
A esperar que llegue el animal
Que me vaya a enterrar?
Pues, no
Tal vez piensen que no tenga sentimientos
Tras mi oscura a veces clara piel

Si yo fuera el residuo de ese ser humano
Sería feliz marchándome sabiendo que me quiso
Mientras me despedia de mi habitación orgánica
Nunca sabré si algún día retornaré a ese lugar
Que nunca comprendí esa forma de amar
Me botaron en el momento que más amigos tenia
Que todos se acercaban a mi
Y ahora asomo la cabeza, por la puerta de salida
Me resisto a salir, pero usted me empuja
Y me encuentro cayendo y gritando por qué...

Sé que el agua del retrete seria una perfecta bañera
Antes que jales de la cadena y me mandes a la mierda
No decías que no me querías
¿Por qué llorabas mientras que de ti salía?
¿Por qué me miras con cierta melancolía?
¿Por qué ahora quieres hacer una ceremonia mientras doy vueltas?
Y quieres detener el tiempo, perpetuar el segundo aquel
Que me decías adiós, donde estés, pensaré en ti

Hoy estoy a merced del tiempo, del sol y del viento
Tirado en la calle me olisquean los perros
Me miran, me ladran, me mean encima
Los autos me atropellan, las personas me miran con asco
Tú me confundes con otras mierdas
Ya vez, y yo que te decía
Que si yo fuera una caca
No sería diferente, de lo que soy ahora