jueves, noviembre 22, 2012

Nadie se enterará

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Tu jodida sonrisa me vuelve a asaltar, pequeña neurasténica
Bastó un sofá y la soledad para volvernos a encontrar
Tu lírica orgásmica, y el automutuosecuestro de las mentes
La mierda paria de los inocentes
Deja el Facebook, dijiste, vamos a vivir..

El ruido de las almas vecinas, forajidas
Tu novio no se enterará lo que pasó en la cocina
El mundo no se enterará lo que pasó en esta esquina
Tu boca y la mía, no se pueden olvidar

Ya me quito, ¿tienes un cigarrillo?
Solo fumo Lucky Strike..

miércoles, noviembre 21, 2012

Me gustaría


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La noche se manifiesta a través de la melancolía imberbe. Esconde sus recuerdos enajenados de octubre, tras el cristal apopléjico de los inmigrantes. Me gustaría saber que sueña, quien sueñas.

El frio ralo de los superfluos átomos, de las nubes panonistas y los pianistas etéreos me recuerdan una canción ausente al otro lado de la maldita avenida.. Me gustaría saber que te dice, quien dices.

El alegato encarcelado de los dioses me acusan, no sé mentir cuando la verdad me estalla en el rostro, me gustas.. y me gustaría saber que te gusta.. que mierda que te gusta, quien te gusta.

miércoles, junio 06, 2012

Me gustas



Me gustas porque abrazas el arcoíris de los secuestradores. Porque conversas con los colores y cantas con las cigarras. Porque iluminas toda la avenida, mientras caminas. Porque no sabes mentir, solo sonreír. Porque curas con magia las heridas. Porque eres yámbica y poesía.

Me gustas porque eres neurasténica. Porque mi soledad armónica, hace juego con tu anochecer. Me gustas porque eres esa idea que nunca pensé, hecha mujer. Porque eres una fábula de gasolina. Porque eres a mis noches como la cafeína, el cigarro y el papel. Me gustas porque puedo ver el mundo al otro lado de tu piel.

Me gustas porque eres ausente. Porque tienes secretos con la luna, y una grulla de papel. Porque vuelas alrededor de tu habitación, atrapando estrellas con tu voz. Me gustas porque saludas al Dios al amanecer. Porque olvidé la razón, el día que te conocí.

Finalmente me gustas porque eres un verso sempiterno. Porque no es invierno si no estas tú y no me desespero. Porque se me acaba el discurso entero delante de tus ojos. Porque no puedo ir a dormir, sin tenerte esta noche para soñar. Porque los monólogos de mi guitarra me hacen recordar a tu voz. Porque cada vez que te digo adiós, solo eres tu la que se va.

lunes, mayo 21, 2012

Esperando por la nosomántica de los cuentos encriptados en el mundo que se encuentra al otro lado del rio



El sol lamia con cierto rubor la aldea. Las nubes, tan maniáticas ellas, se obsequiaban y se perdían en el éter, eternamente. Un soldado, en pose de descanso, en colaba entre tus palabras tácitas mientras sucintaba otro vuelco en tus manos. Y de pronto, mis nervios se permitieron un latido. Escuchaba risas que se perdían en su objetivo. Carros y personas huían del smog del hábitat de un pueblo evolucionado. Un humano cruzaba delante de mí y lo mire de reojo como un árbol mira al ahorcado tratar de romper la soga. Y te esperaba como un gánster que espera que su víctima termine el café y las tostadas, mientras el sol agoniza en el cielo. Y de repente, otro latido nervioso asalta mi alma febril y gélido. Unas chicas me miran y sonríen neurasténicas. A lo lejos, un soliloquio de Silvio Rodríguez me alcanza. Me toca. Su voz inyecta mis nervios de verte y saber quién eres. En el infinito unas nubes acribillan la soledad del viento sátrapa que me dirige hidalgamente en un réquiem bailable con la soledad, con el silencio que llego a tocar con mis ojos. Y espero tu luz cabalgar detrás de esa puerta a lo universal. Que veo gente salir. Que veo a todos, menos a ti.
En la acera recuerdo un pentámetro yámbico Shakespeariano y me arrastra a lo exhausto. Una gota de sudor planea su escape. Otro latido nervioso me hace dar cuenta que el sol muere más rápido y se da prisa. Daniel F canta una balada sin sentido normal, pero con una moraleja armónica que recubre tu encanto misterioso, de doncella medieval a un caballero feudal a punto de colapsar y daos su espada por tu vida, simétrica. Tu voz panóptica sucumbe en la hoguera nerviosa de mi caja cardiaca fumigada por ese señor llamado Lucky Strike. Y miraba la luna danzar tempranamente en un octano. Ese arco iris de gasolina dibujado por Robert Pinsky, amordazaba y cubría tu llegada. Cernías tus pasos en mi acera, en mis dominios retinentes. Un último latido imperceptible y concluido en timidez, ensayaba una sonrisa en mi rostro indecorable. Y tú, el arpegio perdido de Serrat, te encontré. La llama que gira en el canto del Dios en vermut. Ya no importaba nada en el espacio. Ni las risas de los niños dibujados en el contorno del tiempo detenido. Ni el caramelo de Mayo que habitaba en mi boca. Ni las nubes. Ni los carros. Ni las personas volteando. Ni las cigarras que arañaban la noche con su canción y menos el trafico enardecido o las esquinas, ni su luz. Llegaste tú, y el mundo, al otro lado del rio, lo entendió como yo lo vi.

sábado, abril 28, 2012

Fábula de gasolina




Ella teme a las luces que su mente le exentó
Y conversa con los dioses que se asoman con el sol
Llevando en los carros de contrabando al caos
Me invita un caramelo y yo algo parecido a una canción

Pasa, toma asiento que el mundo es mi hogar
Y la noche se mostraba infinita jugando con su andar
Su sonrisa, tan nosomántica, me invita al azar
A inciertos mundos vagabundos que hay por anudar

Ella es tan linda cuando me habla del color
Cuando se muestra indefensa y en forma de una ilusión
Ella es tan tierna cuando danza con el dios
Y le dice al oído ¿Quién que canta en mis sueños?

Ella sonríe y yo persigo esa su luz
Me habla de su música y su manera de volar
De su piel haciendo juego con el contraluz
Y esa mirada que las horas van a deshilvanar

Nadie sabrá que existimos un momento
Entre tanta gente apurada, la noche y la neblina
Nadie reparó en lo feliz que éramos
Vendiendo el universo en una fábula de gasolina

Ella es tan dulce cuando pinta el cielo a vintage
Traza una razón y le pregunta ¿A dónde vas a vivir?
Ella es tan ella cuando sonríe y brilla en la habitación
Cuando me despierta y dice aprende a vivir
Fue solo un sueño y nada más.

sábado, abril 21, 2012

Hablándole a una canción



Esa sonrisa izquierda de pequeña soledad educada
Tus ojos de invierno, o esa inmortal poesía enigmática
Tu caminar distero, tu danzar opaco ante los dioses del viento
Y esa luz que se cola por las rendijas de una noche balalaica.

En la asamblea de las voces, nada está dicho
Las cigarras arañan la luna con su voz letifica
Este sueño comienza, bajo un laberinto de lluvia cromática
Me siento como un niño en el patio de los deseos nosománticos.

Me gustaría tus canciones betónicas y noches que duren años
Un cigarro infinito y tus cuentos hipostáticos
Ver las estrellas en el fondo de un vaso de vino
Morir en el recipiente que apoyas tus versos estocásticos.