Amor

En lima la luna araña las calles y las sombras de los cernícalos. Siento que una estrella se posa en mis sueños y pone una escalera para formar parte de ellos. Yo solo corro a través de los centinelas de la oscuridad a ver si acaso puedo con mis canciones tocarte, besarte. Peleo con mis demonios internos, la cordura y un acordeón, mientras huyo bizarro de mi escape. Las voces de las cigarras muerden el firmamento acostumbrándolo al dolor, como el dolor que siento cuando no estás, cuando tienes que colgar, cuando el universo no me deja amarte más, cuando tus te extraño explotan en mi pecho de tanto querer tenerte a mi lado, de tanto desear correr hacia ti como si fueras un verso de Cortázar (“Una Carta de Amor”) o de Stanley Kunitz (“Touch Me”), una canción de Serrat (“De Cartón Piedra”) o de Daniel F (“Kalle Vedada”), una pintura de Gustav Klimt (“L’Amour”) o de Rene Magritte (“Les Amants”), un dibujo de Jeff Thomas (“Azuzephre”) o de Armando Fernandez (“Imposible Amor de Verano”), una escultura de Agustine Rodín (“El Beso de los Ángeles”) o de Antonio Canova (“El Beso”)… tantas maneras de decir te amo y ninguna de ella expresa lo inmenso que siento por ti porque te amo y ése día que Dios nos unió, debió haber estado muy inspirado...