martes, enero 26, 2010

2+2=5

Quema. Duele. Rie. Salta. 2+2=5. ¡Dos más dos igual cinco! Me retumba en mi cabeza. Despierto. Me encuentro en tus brazos. Despierto de nuevo. Me encuentro cayendo de un quinto piso. Vuelvo a despertar. Me encuentro rozando la locura. Despierto una vez más. En mi cama. Solo. Me arrincono. Abrazo mis piernas en señal de tregua. Me doy cuenta que al otro lado de mi cama hay un ser humano fingiendo dormir. De noche. Los grillos cantan una rola de Leusemia. Poguean. Se destruyen. Luego se embriagan y se van a dormir mientras la luna se despide acariciándoles una vez más y mil veces más con sus rayos que calman la sed.

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