domingo, abril 04, 2010

Metrofobia... o miedo a la poesia


En ese roto regazo nemoroso de mis canciones insanas aguarda tu voz divorciada y nubifera. En el patio pequeño y aligero de mis sentidos apáticos, tu sonrisa lacera mi cuitada existencia azul, abismando mis palabras tartáreas y artríticas en ese arañado arpegio silente por mi sosegada razón crinada.

El fango de la locura cose una mirada astrífera hacia el algente camino de los aniquilados y anarquistas, de los que una vez mintieron a los gatos aterciopelados hilvanando una belígera atmosfera granate y olvidadiza, en su conjuro manchado de noctívagas bondades.

Soy el timador de la luna lucífuga que sale por tu ventana en busca de la esquina donde barriste nuestros besos omnívagos, penígeros e inverecundos. Imagina esos obsequios lústricos mecidos en la herida sáxea que el tiempo silente destruyó. Tu mirada me arrastraba por toda mi habitación y yo gritando ¿aún sigues aquí soledad? Y recuerdo que mi metrofobia se pierde entre tus labios pierios.

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