martes, diciembre 22, 2009

Lucy, tengo miedo

Duermo en la combi. En mis sueños esta Lucy. Tan bella, tan hermosa. Es la chica que buscaba. Perfecta. Ella me miraba, conversábamos no sé de qué, yo la miraba y ella se dejaba reír. Tan informal, tan suelta, tan libre. Ella me abraza y me mira. Yo me armo de nervios y miro sus ojos tan bello, tan infinitos. Lástima que hace poco fue golpeada por un asalto cerca al parque Kennedy, pero ni eso puede degradar esa belleza tan propia que lleva. Beso sus ojos hinchados ella hace un ademán de dolor, pero no se aleja. Me amara? Pienso y ella acerca su boca. Ese beso exacto a mi locura. Te amo Lucy. Eres tan igual a mí. Tan perfecta en mi pequeño universo. Te embriagas, fumas, juegas billar, eres bisexual, eres fotógrafa, eres tan extrañamente hermosa. Este beso espero que lo sientas tanto como yo. Rayos!! Aun imagino ese día en el Kennedy, filmándonos, haciéndonos inmortales. Tu hablándome de que pensabas que estabas embarazada, yo rogando porque lo estés. Mirándote. Apreciándote. Amándote en silencio como bien siempre lo hago. Rajando de la gente. Hablando tontería y media con tal de reírnos y pasarla bien. Lucy, como expresarte en palabras lo mucho que siento por ti. Ni siquiera todas las palabras del mundo pueden entrar en mi blog para decir que te amo. Y es que estoy seguro de esto que siento Lucy, tierna.

De pronto sentí que saltaba y desperté. El carro en el que iba se topó con un bache y me exhaló de un soplido desde mi caverna onírica soñadora. Suelo ser tan cursi en mis sueños? No sé, espero que no. Todo al mi alrededor esta oscuro, las luces solo bañar de amarillo las calles como vaticinando un festival gore. Ella me espera, Lucy. Hoy se gradúa de fotógrafa y me pidió hallarme entre sus invitados. Bebiendo vino y abrazándola, que es casualmente mi razón de vida en estos momentos.

Caminaba por la Benavides con Larco y voltee a la izquierda. Me fui de frente hasta llegar a un puente oscuro y me di cuenta que me había perdido. Saqué la invitación y decía avenida 28 de Julio. La única avenida 28 de Julio que conocía era la que está mi universidad. Tomé un taxi y le dije que me lleve a esta dirección, mostrándole el papel. Me miró, se rió para sí mismo y subí. No me hizo tanta gracia pagar cinco soles por tres cuadras que me había jalado. Pero baje, cincuenta minutos tarde, me eché la colonia más cara que tenia, tomé un poco de aire, y entre.

Me sorprendió ver poca gente en el salón de exposición. Busqué a Lucy pero no estaba. Seguí viendo las fotografías hasta que me llevaron al patio principal, todo se celebraba ahí. Vi a algunos de sus amigos conversando. Ninguno me reconoció, esperaba eso. Un señor viejito con cara de buena gente presidia la reunión. Diez minutos después que llegué, terminó de hablar y el patio entero se confundió entre tanta gente abrazándose y felicitándose. Luego, la vi. Dios, puede una mujer ponerse más bella de lo que es? Está totalmente hermosa. Parece un ángel que escapó del cielo y necesita regresar antes que den las doce campanadas. Ella buscaba algo entre las personas, a mí tal vez? Esperaba que sí. No quería gritar su nombre porque odio los gritos. Y si pudiera gritarle algo, seria que la amo. Sin verme, ella entró al salón principal y ahí nos vimos. Sentí esa chispa adecuada que me dice que estoy enamorado hasta el tuétano. Ella sonrió y desapareció a las demás personas que estaban alrededor. Iluminó el local entero y veinte cuadras más a la redonda. Se acercó a mí y me besó en la mejilla. Sentí el dulce aroma de su piel y su cabello.
-llegaste!
-no podía perderme de esto
-ven
Y me llevó hasta donde están sus fotos. Dos días antes, la ayudaba a pegarlas en la pared. Ahora todo el mundo las apreciaba. Ella era muy buena en ese arte. Lo que me hizo amarla más.
Todo fue bien. Me dio su copa de vino e intenté buscar el lado donde había puesto sus labios. Conocí a su mamá, a su hermano, a su hermana, saludé a una amiga cuyo nombre no recordaba. Seguimos viendo las fotos de sus demás compañero e iba con ella. Ya no hablábamos mucho, ella estaba con sus amigos. La miraba a lo lejos. Bebiendo mí quinta copa de vino. Sintiéndome feliz por ella. Puede ser tan hermosa hasta sin estar ahí a mi lado? La puedo sentir. De lejos la puedo admirar. Es decir, veía a las personas que caminaban por el salón y todas las mujeres eran muy bonitas. Pero ella es extraña y la hace más bella. La miraba y cuando ya me sentí que estaba siendo muy evidente que babeaba por ella, dado que las personas ya me estaban mirando como que y a este que bicho le picó?, fui donde sus fotos a seguir viéndolas. A examinarlas. A estudiarlas. A pensar en ella mientras las veo. El tema que ella eligió es Me veo, luego existo y es una serie de fotografías a personas del transgénero, que son personas que les gusta gente de su mismo género y que no tienen necesidad de cambiar sus órganos sexuales. Tan bizarro tu tema Lucy, como tú. Tan original, saliendo del molde. Seguí mirando tus fotos y luego te vi a lo lejos conversando con tus amigos y de pronto, salí del local sin ninguna razón.

Caminaba y sentía remordimiento de haber salido. Quería quedarme ahí junto a ti, o al menos viéndote como eres feliz, pero algo me arrastraba a huir de ti. Caminaba rápido y se me hacia un nudo en la garganta. Quería decir cuánto te amo, cuan loco me pone ver tus videos en mi laptop, las cosas que dices, como hablas, como miras, hasta como respiras, eres tan perfecta. Tan inusual. No quiero perder la cabeza por nadie, mejor salir de ahí, pero no salir de ti. Eso nunca.

Llegué al Kennedy caminando, un tipo estaba sentado al pie de un árbol con una herida en la frente. No me importó mucho porque pensaba que Lucy estaría molesta por salirme y no despedirme de nadie, sin decir nada. Ya luego la encontraría en el Messenger y le pediría salir uno de estos días. Declarar esto que se me ata a la garganta. Sentí ganas de llorar. De regresar y besarte y no importarme que digan los demás o de cuál sea tu reacción. Pensaba hacerlo, cuando de pronto escuché un estruendo fortísimo cerca a mí. Me asusté pero no me moví. Olvidé lo que estaba pensando y de repente, sentí mi cabeza helada. Ese frio bajo por mi cuerpo y rápidamente llegó hasta mis manos. Y caí lentamente y en mi mente estaba Lucy besándome como en mis sueños. Morí y al menos esta es mi última visión. Caí y mi cuerpo estaba helado. Y luego me sentí demasiado mal por la forma que me fui de Lucy, sin salir y ahora morir sin siquiera haberla besado de verdad. Me odié. Las personas del Kennedy parce que no se dieron cuenta que caí. No estoy seguro de que nadie lo haya notado, tengo una herida de bala en la cabeza. Luego me asaltó la duda, quien me mató? Porque? No recuerdo haber hecho algo tan malo como para merecer la muerte, y menos en una vía pública. Sentí escalofríos pero me ponía más extraño aún el hecho que la gente no me ayudase o no llamen a los paramédicos. Aún sigo vivo, no se dan cuenta? Esperen… aún sigo vivo? Como! Es imposible!! Si me dispararon en la cabeza!!! Fue un disparo certero, de francotirador. Como es que puedo aún vivir? Y por primera vez en mucho mucho tiempo, comencé a sentir miedo.

2 comentarios:

Kate dijo...

Estaba pensando si.. tengo cara de Lucy? u_U

pero bonito relato : )

Anónimo dijo...

kualkier parezido kon la realidad ez pura koinzidenzia xD!