Eres un ángel, con la que varias veces canté locura
Tu cabello con olor a frambuesa, tu boca con sabor a mi sexo
Esos besos en el pasto, con el tiempo apenas rozándonos el rostro
Recuerdo, por la putamadre, que me hacías sentir Dios cuando me besabas
Y me decías, te amo huevón
Tu a mi lado, haciendo hora por Lima
Entre los soles acorazados, los gemidos urbanos
Y el fragmento de democracia violada por un asesino de la ilusión
Me dices que no he cambiado, te digo que ¿para qué?
Ries, como cuando nos burlábamos de Robert Pinsky
Es un cursi de mierda,
Tu sonrisa descansa en una cara con la que vi varias veces las estrellas y el climax
Esa mirada de “no sé cómo decirte que…” ya me la sé, yala
-oye, pequeña psicoprocastinante… ¿ya te olvidaste de mí? – dije.
-no mi chico jointz, ¿tu? – me respondió
-suelo masturbarme pensando en ti, ¿eso cuenta?
-me cagaste pajero de mierda - Ella ríe.
De pronto su mirada, adopta un aire melancólico y fúnebre.
Me toma de la mano. Se detiene y me abraza.
-¿seré tu recuerdo instantáneo cuando sonrías otra vez? – ella me asalta con su pregunta
-eso es variable pequeña… según Levenfeld, abstenerse de recuerdos a veces es una cuestión de supervivencia; según Porchia, lo que no se convierte en recuerdo no fue; según Flaubert, los recuerdos no pueblan nuestra soledad como suele decirse…
-¿me podría responder la pregunta que le formulé hace media hora, si no es mucha molestia señor Jointz? Está bien que sepa, es más le pongo veinte de nota y su estrellita… pero no me hueve pe´
Su mirada parecía estar desde un ángulo panóptico y podía verme el alma. Y empecé a expulsar palabras mientras sus pequeños ojos galácticos parecían secuestrarme en ese parque anacrónico.
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