Katerin Muriel

Amo tus ojos cerrados ajenos al mundo, con tus manos buscando mis manos para apretarlas y sentirte segura. Todo para ti debe ser extraño, espero que satisfacer tus futuros Por que’s. Me gusta ser el guardián cotidiano de tus sueños ingobernables, abrazarte de noche cuando despiertes llorando y, aunque no sepa cantar, le ponga melodía a mis palabras apenas rozando tu oído. Y aunque tal vez no entiendas… nunca estarás sola. No sabes hablar pero nunca dejaré de entenderte, incluso si no dices nada. Solo podría cambiar tu sonrisa de las mañanas por tus balbuceos de las tardes o tus juegos de las noches. Me miras. Te miro. Eres tan rosa, tan pequeña, tan perfecta para ser el comienzo de una parte de mi vida llamada felicidad. Y yo que pensaba que mi mejor poema estaría en un papel… y no caminando hacia mí aprendiendo a decir papá.