Puede que tu ausencia lo consuele con soledad, pero no es igual. Nada es más fácil que soñar que tú estás. Todo es extraño cuando amas a un mitad-extraño y solo conoces su rostro instalado en el computador o en retrovisor. La distancia era un café al que solo le echábamos más azúcar pensando que sabría bien, que las cosas con el tiempo estarían dispuestas a ceder. Hoy te digo que te amo y te amé, aunque solo una vez te miré. Ahora me siento como un niño asustado pensando que debajo de mi cama está la cordura, y entre mis sábanas tu sombra que nunca existió. El escribirte no hará que estés aquí, el llamarte no hará que te vuelva a besar y el cerrar los ojos y recordar no hará que te vuelva a abrazar.
¿Dónde estás? Ni siquiera lo podemos responder con seguridad. Y en este mundo, que nadie se equivoca, estoy yo para dar cátedra. Si te digo que te amo, es cierto, pero de qué sirve si amarte parece durar lo que dura tu saldo en el celular. La calle mojada nunca más será igual. Tus besos no los volveré a encontrar en la escalera. Y tú Te Amo, por un Te Quiero no me sabrá igual. Y aún así, te amo y te beso en la soledad.
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