domingo, julio 11, 2010
Paz
Accidentalmente el firmamento arrinconaba a la luna para besarla. El tiempo sana tu herida y casualmente yo ya era tu sala de espera. Tu signo de interrogación se transformaba en nada y tu boca de nuevo la probé.
A propósito tus versos me dijeron que poco a poco te iba enloqueciendo haciéndote reír que por cierto es lo mejor que sé hacer, y ocasionalmente despertaba pensando en ti.
La otra noche que conversamos nos abrazamos gritando te quiero demasiado pausando el silencio y por ratos el tiempo y sin querer queriendo ya te estaba besando.
Te amo, pero no me creas del todo.
Todavía.
Paz,
Alvarock Jointz
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