De madrugada y mal drogado me vuelvo a sentar en mi silla roja para verme estribillado otra vez. Y es que la amo, de nuevo. Soy un ser voluble pero no porque quiera serlo. Lo soy porque luego me defraudo a mí mismo y me pongo azul para escribir. He tenido amores pero han durado poco. Creo que si hubieran durado más ahorita estaría con seis o con nueve. He tenido amigos que se han ido alejando por motivos que nunca entenderé. He tenido noches con harta chela y mujeres con ganas de entregarse a la faena exhaustiva de la reproducción, pero ahora solo me quedan recuerdos. Y recuerdos hermosos de mi más triste y solitario lado extrovertido y fiestero.
Si quisieras buscarme, mi lugar favorito es sentado en el patio de la universidad que está entre 28 de julio y petit thouars. Solo. Escuchando música. Tarareando. Escribiendo. Divagando. Así como penando. No tengo amigos. Los pocos vestigios de camaradería que suelo tener es para conversar el recuerdo que aun existo. Que aun me muevo. No soy un alumno promedio. Ni siquiera puedo llegar a ser delegado. Ni mucho menos delgado. Juego con mis rulos cuando hace frio, o cuando intento coquetear a una chica que se que nunca estaré. Tengo una enamorada que está muy lejos de mí. Sé que la amo. Ella sabe que la amo. Más aun sé que me ama. Y eso me basta para ser feliz en un rincón.
Solo miro a las personas. Y me he dado cuenta de varias cosas. Cosas que nunca pensé que podría entender. Ahora me doy cuenta que para entender a las personas, su conducta, sus movimientos, su lenguaje corporal, tienes que alejarte y observar todo. Creo haber conseguido ese secreto.
Patio de la universidad. Seis y veintitrés de la tarde.
La chica que le dicen colorida pasa mirando al suelo, manos agarrando fuertemente su bolso y da pasos fuertes. Significado: está en problemas. No tiene remedio. Hace unos días tuvo que enfrentar con algo que creyó haber tenido en las manos. Resultado: no pudo conseguir su paz interior pero trata de mala manera aparentar. Se aísla. Es un problema muy íntimo. No tiene muchos confidentes. Ella acaba de pasar por una traición algo parecido. No sabe a quién contarlo. Se reprime. Se guarda todo ese dolor. Todo ese pesar cae sobre sus hombros. Significados: la posición de las manos es que necesita protección. La mirada abajo es que ese problema la envuelve tanto que la desenfoca de sus otras actividades. La caminata firme es que encontró una posible solución, pero con el cuerpo encorvado implica duda. Los colores de la ropa se acoplan a lo inverso de esta solución. Chompa roja que es una alerta. Pantalón blanco que es que no encuentra luz al final de su túnel. Valerinas verde que no tiene estabilidad en cuanto a su firmeza. Duda. Temor. Es tan extraño ser extraño. Ella, que no lo era.
Sentado solo en un rincón. Miro alrededor. Todos caminan distinto. Visten distinto. Su forma de hablar es distinta. Su lenguaje corporal dice mucho. Lo que sale de sus bocas dice lo contrario, pero… alguien será capaz de hacerme creer una mentira?
1 comentario:
no podemos vivir de una mentira porque al final la verdad siempre se sabe ^^
buen post
:) saludos
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