Estoy entre el frío de noviembre y el frío de sus abrazos. Entre su mirada de loca cuando llega al orgasmo. Estoy en medio de una balacera entre sus recuerdos y dos botellas de Jager en el suelo, junto a su ropa. Esta es la última línea que le escribo, y la última línea de coca que aspiro en su ombligo.
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