Huy! me enamoré… de tus ojos basados en mitos científicos. De tu sonrisa galáctica inminente subatómica. Del mundo lúdico atmosférico etéreo y tocado. Me enamoré y esta vez creo que es para siempre de tu mirada quimérica. De tus ojos angustiados y ojerosos. De tu locura y procastinación. De tus pliegues de invierno urbano e intimo de Serrat. Eres materia de discusión de mis demonios internos, eres mi razón favorita de esta locura. Te veo y, aunque no estés aquí, estas aquí. Para enamorarse solo basta un par de sonrisas, una canción adecuada y tal vez un café. Me enamoré y tu nombre me recuerda mi primera forma de morir. Este pasado mefítico y reptil que aún se le antoja ser futuro. Quisiera ser tu punto panóptico simétrico y tocar tu piel hecha a del material de mis sueños bélicos. Me enamoré… y está vez es para siempre Soledad.
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